miércoles, 20 de febrero de 2013

Normas y convivencia...


...o aprendiendo a vivir con otros 


A lo largo de los artículos previos publicados en Pedagogía para Padres, hemos podido aprender que el hecho de educar a los hijos no es tarea sencilla ni exacta. Muy al contrario, me arriesgo a vaticinar que a cada momento tendréis la sensación de que vuestro papel de madres y padres, os obliga a intervenir en situaciones infinitas y variadas en las que vuestros hijos son protagonistas.

Para que una convivencia sea saludable y satisfactoria, han de participar distintos elementos que ayuden a los miembros de la familia a encontrar armonía, a articular un engranaje que les conduzca a una situación de equilibrio y a disponer de una visión de conjunto. Cuando se consigue esa visión de equipo, es más sencillo convivir y es más probable que cada individuo se desarrolle plenamente como persona.





Esos elementos, entre otros muchos, ya los conocéis: una buena comunicación entre los padres, una intencionalidad educativa (tener claro qué valores, actitudes, etc., queremos transmitir o fomentar), formaros como padres y madres (aprendiendo a educar, desarrollando habilidades, equivocándoos, cambiando…), cuidar el clima familiar, una mimada comunicación entre vosotros y vuestros hijos y ¡como no!, las protagonistas de nuestro artículo de hoy y también del próximo: las NORMAS.

Definiendo las normas


Entendemos por norma todo aquel precepto al que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, de un individuo o grupo.

Escuchando distintas opiniones sobre ellas, podemos encontrarnos con personas que piensan que coartan la libertad individual, que inhiben comportamientos y conductas naturales en los individuos, que pueden zancadillear la creatividad y la espontaneidad de las personas, etc.
También ya en una línea diferente, hay quien piensa que sin normas pueden darse conductas desadaptativas en los individuos, que pueden llevar a una situación de exclusión de quienes no las asuman, conducir a la diferencia no aceptada, a la intolerancia…

En esta serie de dos artículos, vamos a hablaros de las normas como elementos que consideramos necesarios para la convivencia en la sociedad en general y también, en los pequeños subgrupos de ésta a los que pertenecemos y sobre todo, haremos hincapié en la importancia capital que tienen para la familia y también para el pleno desarrollo de vuestros hijos e hijas.

Partimos de la premisa de que el hombre es un ser social. La historia de nuestra especie evidencia que estamos diseñados para vivir en conjunción con otros individuos. El progreso y espectacular avance de la especie humana, se ha producido gracias a la interacción y colaboración de individuos con diferentes habilidades y aptitudes, que han derivado en beneficios comunes. Los seres humanos dependemos unos de otros para desarrollar nuestras vidas.



MAM


En esta línea, podemos observar que desde nuestro nacimiento, pasamos a formar parte de distintos grupos. El primero y más importante de ellos es la familia y a partir de este peculiar y trascendental sistema, iremos dando distintos saltos a lo largo de nuestras vidas a otros grupos como el de la guardería, el colegio, el de vecinos del barrio, de equipos deportivos, trabajo, nuestra propia familia, amigos, comunidades de vecinos etc. Todos estos grupos están incluidos y a su vez conforman el megagrupo que conocemos por   sociedad.

Puede sorprender cuando reparamos en ello, que a pesar de la gran variedad de subgrupos que hemos mencionado, que son tan diferentes entre sí y que además están compuestos por personas también de caracteres muy diferentes, la sociedad en su conjunto, y sus subsistemas, parecen seguir su curso de funcionamiento con cierta normalidad. Esto es así gracias, entre otras cosas, a las normas. Las personas conocemos las normas, las respetamos y cumplimos y de ese modo, favorecemos la convivencia, haciendo de nuestro entorno algo consensuado con unas reglas del juego comunes para todos. Cuando todos nos organizamos y cumplimos las reglas, nos facilitamos nuestro desarrollo en sociedad.

Podemos resumir que las normas en general:












Y las normas en la familia…


Cuando hablamos de normas en la familia, nos referimos a aquellas reglas que cada familia asume como guía de convivencia y conducta y que regulan el funcionamiento de los individuos y del conjunto familiar. Dentro del ámbito familiar cumplen distintas y muy importantes funciones en la educación de los hijos y de la conformación de la identidad familiar.

En nuestro siguiente artículo hablaremos en profundidad sobre cómo nos pueden ayudar las normas en casa, pero mientras tanto, esperamos haber suscitado vuestro interés por este tema, así como haber despertado alguna reflexión sobre este elemento central del desarrollo humano.

Te agradecemos la lectura y que compartas el artículo para que pueda llegar al mayor número posible de personas.

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